
Compartir siempre ha sido algo innato en el ser humano. Buscamos alternativas y soluciones que nos ayuden de una forma o de otra, y muchas veces estas pasan por compartir algo. Así, por ejemplo, nacieron plataformas como BlaBlaCar o Amovens, pensadas para compartir viajes en coche.
Soluciones que llegaron a internet y a nuestros smartphones para permitir el ahorro en combustible, hacer más llevaderos los trayectos y, de paso, tener la oportunidad de forjar nuevas amistades. Los coches compartidos se han ido convirtiendo poco a poco en algo de lo más habitual en todo el mundo; pero, si nos centramos en España, podemos ver unos datos de lo más interesantes.
